Las Reglas del Juego
Las Reglas del Juego
Los negocios y el comercio siempre han tenido sus reglas del juego. Cuando fuimos cazadores-recolectores apenas existía el comercio, pero a medida que empezamos a trabajar el campo y a domesticar animales empezaron a crearse tratos como el trueque. No existían ni monedas.
Después empezamos a trabajar los metales y de nuevo todo cambió. Los fenicios, por ejemplo, fueron los maestros en el comercio a gran escala y la internacionalización del mismo. A partir de ahí, todos tenemos la imagen en la mente de los distintos mercados en Europa, países árabes, la ruta de la seda en Asia e incluso, la importación de materias primas cuando se descubrió América. Cada época, por lo tanto, ha tenido sus propias reglas del juego y su propio ritmo.
Con la llegada de Internet, el escenario ha cambiado de nuevo, aunque mantiene la misma base. A las reglas del juego existentes se añaden otras en las que entran a formar parte actores nuevos, más globales, más frenéticos, con una comunicación instantánea y casos como los mercados bursátiles donde incluso tenemos inteligencia artificial, algoritmos y bots donde milésimas de segundo son importantísimas para realizar cálculos y ganar o perder millones en poco tiempo.
Por una parte, podemos pensar que tenemos más competidores, pero por otra parte, viendo siempre el lado positivo de las cosas, la realidad es que podemos llegar a más clientes y hacer crecer nuestro negocio, escalarlo sin tener que aportar muchos más recursos.
En estas reglas del juego sufrimos un nivel mayor de exigencia. Antes de la compra, los usuarios o clientes de nuestros productos saben más, comparan precios, se informan en diferentes sitios y si finalmente te escogen a ti, te van a exigir la excelencia en cuanto al envío y sus tiempos de entrega, en cuanto al producto (sobre todo si lo fabricas tú) o en el servicio que ofreces, y también en cuanto a la atención prestada ya sea por email, teléfono o chat.